miércoles, abril 25, 2007

Corea del Sur, de lleno al primer mundo

Corea del Sur es una nación con prisa para adueñarse del futuro. Los coreanos viven pensando en el porvenir y de hecho están instalados en él, con más de 90% de la población conectada a Internet de banda ancha.

Ejecutivos de empresas y funcionarios de ciencia y tecnología hablan de "crear alegría digital" para cualquiera, con los frutos de sus avanzadas industrias de Tecnología de la Información, sector que contribuye con 15% del PIB sudcoreano y es a la vez 36% de las exportaciones.
La idea de crear "salud y felicidad", conectando la vida de las personas comunes con las computadoras, lo mismo en un refrigerador que en una lavadora, un teléfono móvil o una cámara de video, parece ser simple, pero resulta de ese impresionante avance que hace que los sudcoreanos vean al mundo más allá de la imaginación, a través de las tecnologías de punta: utilizar aspiradoras robot, hornos de microondas que cocinan los productos reconociendo sus códigos de barras y seguir programas televisivos en el móvil.

Corea del Sur (la undécima economía mundial; España es la octava, auqnue en Paridad de Poder Adquisitivo, Corea del Sur ya nos ha adelantado, según datos del Banco Mundial 2007) tiene el primer sitio en la construcción de barcos en el mundo; el primero en fabricación y venta de memorias DRAM para computadoras; el primero en ventas de teléfonos móviles con tecnología CDMA y, además, es el sexto productor de automóviles del globo.

De todo esto se vanagloria este país, dividido a mediados del siglo XX y que ha transitado a pasos agigantados de la pobreza y la dictadura militar a la riqueza y la democracia, fenómeno conocido como "El Milagro del Río Han", que majestuosamente cruza esta capital.

Cerca de dos potencias, China y Japón, el gobierno sudcoreano "proyecta convertir a su país en el centro de los negocios del noreste de Asia", de cara a esos dos poderosos competidores, dice Suguen Ryu, director de la oficina de Política de Coordinación del Ministerio de Información y Comunicación. "La idea es que Corea del Sur sea la puerta para los tres países de la región".

Al carecer de recursos naturales, Sudcorea depende de las exportaciones y de allí la importancia que han concedido al desarrollo de los recursos humanos para exportar productos de alta tecnología, maquilándolos en los años 60 y 70 con tecnología japonesa y, dos décadas después, innovando con tecnología propia.

Es el caso de Samsung, una empresa que muestra en su propia historia el desarrollo y crecimiento de este país que en los años 50 salía de una guerra fraticida con tres millones de muertos y mostraba un atraso y penurias irreconocibles. Si alguien ve las instalaciones de Samsung en la ciudad de Suwan, a media hora de esta capital, no creería que todo empezó con unos pequeños cobertizos para apenas 36 empleados, donde se fabricaban televisores en blanco y negro.

El número de empleados de Samsung asciende a 130 mil en todo el mundo y, de ellos, 34 mil son expertos con maestrías y doctorados, dedicados a la investigación y desarrollo de tecnologías de punta. La firma dedicó el año pasado 9.2 % de sus ventas, que ascendieron a 79 mil 609 millones de dólares, a la investigación y desarrollo (I+D). Desde los años 70, cuando comenzó a exportar televisores a Panamá, la empresa ha ganado confianza para competir mundialmente, hasta convertirse en un conglomerado líder en semiconductores, memorias y pantallas de televisión de cristal líquido.

Lo mismo ocurre en otra firma de dimensiones impresionantes, la automotriz Hyundai, en la ciudad portuaria de Ulsan, que en menos de cuatro décadas también se ha colocado como una de las marcas más conocidas a nivel mundial, como ejemplo de la pujanza tecnológica de la nueva "Corea dinámica".

En 1967 producía sus primeros vehículos con ayuda extranjera; años después en 1973 exportó su primer auto de diseño propio llamado ´Pony´ y ahora compite con las grandes ramas automotrices del mundo, como Toyota, Ford o Volkswagen.

Corea del Sur es hoy una sociedad más igualitaria con una predominante clase media. En los alrededores de Seúl se ven cientos de edificios de apartamentos modernos, como grandes bloques, ordenados, pulcros, y no se ven cinturones de miseria. Las calles lucen impecables al igual que las autopistas y vías que conectan la capital con otras ciudades cercanas. El Aeropuerto Internacional ubicado en la ciudad de Incheon, a menos de dos horas de Seúl, es enorme y cuidado, como construido para esperar una avalancha de pasajeros que aún está por llegar.

Corea del Sur tenía hace sólo cuatro décadas una producción per cápita equivalente a la de los países más atrasados de Asia y África. Pero hoy el país se acerca al club del millón de millones de dólares. Y está entre los 30 paises más desarrollados del mundo.

La clave ha sido la educación, la dedicación, la innovación, la idea de servir de modo eficiente y la disciplina confuciana. De hecho, dice Ryu, uno de los factores de éxito de Corea del Sur obedece al entusiasmo por la educación y las nuevas tecnologías.